Mi nombre es Tany. Llevaba unos días vagando por el territorio de Aguasprofundas. Como todas las tardes anteriores iba a una taberna a las afueras para pasar la noche.Era lúgubre y húmeda,casi espectral. Después de estar un tiempo sentada viendo como burbujeaba el caldero de estofado, decidí acercarse lentamente a la barra donde en estos momentos no se encontraba el tabernero.
Noté el ruido de la puerta, algo de luz entró en la penumbra y me di cuenta de que una semielfa entraba por la puerta, sus armaduras eran brillantes y me fijé en su colgante que relucía el símbolo del Dios Korn. Mientras me sigo acercando a la barra. Antes de llegar a ella la puerta se volvió abrir,un enano y un draconido se estaban disputando entrar a la vez, no pude resistir una risa, el draconido muy educadamente prefirió ceder el paso al enano. Éste con gran orgullo le repicó con palabras altas - pues claro que entro yo, bicho sucio baboso - el enano parecía un poco gruñón, aunque no más que cualquier enano. El draconido no pasó inadvertido con su color rojo anaranjado y en la capa el símbolo de su Dios. Proseguí a ir hasta la barra antes de que me viera el tabernero, ya que de la cocina salía un grupo de tiflins, siempre me han dado respeto esas criaturas de demonios.
- ¡Qué haces ahí mediana, te he dicho que no te quiero ver por aquí!Además me debes dinero de los días anteriores!
Demasiado tarde, intento darle escusas que hacían enfurecerle más,pero finalmente prometí pagarle, aunque de momento no tenía dinero, y antes de que me echara de la taberna decidí alejarme lejos de su mirada y merodear entre las mesas.
La noche se hizo presencia, el tabernero comenzó a encender las velas haciendo más pesado el ambiente. Me di cuenta que aunque llevaba un par de días viniendo no conocía a nadie, y estar sin hablar largo tiempo me irritaba. Todo cambió cuando entró un ser encapuchado por completo, con una túnica dorada que no lograba esconder un rabo reptiliano y las garras entre las mangas. Le seguí intrigada de cerca mientras iba de un grupo a otro diciéndoles con un gran siseo:
- Mi amo y sseñor busssca aventurerosss, grandesss riquezasss, ven detrassss en media hora.
Todos empezaron a cuchichear, despúes de estar de aquí para allá pensé que podría ser una oportunidad, además Fill habría dicho que sí en el momento. Suspiré al recordar su nombre y esperé ansiosa que pasara el tiempo. Cuando llegó el momento vacilando un poco, me acerqué al tabernero - voy a salir un momento pero te pagaré - desúes salí a la puerta como hicieron otros cuantos.
Allí nos esperaba ese ser encapuchado, cuando parecía que ya no salía nadie más nos reunió a todos. Nos enseño 6 brazaletes con semejanza al oro y nos dijo:
- Ssssolo tengo sseiss brazaletes a cambio de que acepteisss la aventura. Mi amo riquezass. Sssolo si decisss ssi.
El tiflin y el enano aceptaron enseguida, seguidos de él cogieron el brazalete la semielfa, el draconiano y un mago, solo quedaba uno y estábamos otros tres humanos y y yo. Finalmente con un brinco cogí el brazalete aceptando la aventura, y desapareciendo de ese lugar.
Noté el ruido de la puerta, algo de luz entró en la penumbra y me di cuenta de que una semielfa entraba por la puerta, sus armaduras eran brillantes y me fijé en su colgante que relucía el símbolo del Dios Korn. Mientras me sigo acercando a la barra. Antes de llegar a ella la puerta se volvió abrir,un enano y un draconido se estaban disputando entrar a la vez, no pude resistir una risa, el draconido muy educadamente prefirió ceder el paso al enano. Éste con gran orgullo le repicó con palabras altas - pues claro que entro yo, bicho sucio baboso - el enano parecía un poco gruñón, aunque no más que cualquier enano. El draconido no pasó inadvertido con su color rojo anaranjado y en la capa el símbolo de su Dios. Proseguí a ir hasta la barra antes de que me viera el tabernero, ya que de la cocina salía un grupo de tiflins, siempre me han dado respeto esas criaturas de demonios.
- ¡Qué haces ahí mediana, te he dicho que no te quiero ver por aquí!Además me debes dinero de los días anteriores!
Demasiado tarde, intento darle escusas que hacían enfurecerle más,pero finalmente prometí pagarle, aunque de momento no tenía dinero, y antes de que me echara de la taberna decidí alejarme lejos de su mirada y merodear entre las mesas.
La noche se hizo presencia, el tabernero comenzó a encender las velas haciendo más pesado el ambiente. Me di cuenta que aunque llevaba un par de días viniendo no conocía a nadie, y estar sin hablar largo tiempo me irritaba. Todo cambió cuando entró un ser encapuchado por completo, con una túnica dorada que no lograba esconder un rabo reptiliano y las garras entre las mangas. Le seguí intrigada de cerca mientras iba de un grupo a otro diciéndoles con un gran siseo:
- Mi amo y sseñor busssca aventurerosss, grandesss riquezasss, ven detrassss en media hora.
Todos empezaron a cuchichear, despúes de estar de aquí para allá pensé que podría ser una oportunidad, además Fill habría dicho que sí en el momento. Suspiré al recordar su nombre y esperé ansiosa que pasara el tiempo. Cuando llegó el momento vacilando un poco, me acerqué al tabernero - voy a salir un momento pero te pagaré - desúes salí a la puerta como hicieron otros cuantos.
Allí nos esperaba ese ser encapuchado, cuando parecía que ya no salía nadie más nos reunió a todos. Nos enseño 6 brazaletes con semejanza al oro y nos dijo:
- Ssssolo tengo sseiss brazaletes a cambio de que acepteisss la aventura. Mi amo riquezass. Sssolo si decisss ssi.
El tiflin y el enano aceptaron enseguida, seguidos de él cogieron el brazalete la semielfa, el draconiano y un mago, solo quedaba uno y estábamos otros tres humanos y y yo. Finalmente con un brinco cogí el brazalete aceptando la aventura, y desapareciendo de ese lugar.
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