viernes, 5 de junio de 2009

La sala de las gárgolas

Estábamos en la sala de la cripta atrapados. Avancé a la puerta del fondo y la abrí sin problemas. Vimos un nuevo pasillo, las paredes cada vez estaban más húmedas y Galdor nos comentó que había algo mágico en el ambiente. Seguimos avanzando cuando de repente dos mazas aparecieron en mitad del pasillo a la altura del enano y la semielfa. Con un rápido reflejo se apartaron y salvaron de ser aplastados, comprendí que no iba a ser tan fácil como parecía.

Continuamos por el pasillo, con cuidado por si había más trampas, y desembocamos en una sala. En el medio de ella como la anterior había ocho tumbas en dos hileras, y alrededor en la pared se disponían puertas. El tiflin se acercó a la pared donde se disponían antorchas, mientras encendía la primera se oyó un estruendo proveniente de las tumbas. Algo se estaba moviendo dentro de ellas, hasta que vimos saltar una momia por cada una de las tumbas, sin pensarlo nos pusimios al ataque hasta terminar con ellas.

Después del combate, encendimos todas las antorchas, abrí otra puerta que estaba en el lateral izquierdo y entré detrás del tiflin primero. La sala estaba iluminada con una luz rojiza, al fondo había tres estatuas en fonrma de gárgolas. Me acerqué a ellas atraida por esa luz rojiza y desbubrí que en los ojos de cada una de ellas había rubíes.

- Ey! venid esto de la pared parece una puerta - mientras gritaba el tiflin acerqué mi mano a tocarlos y les apreté como si fueran un botón, cuando de la figura del medio salió un rayo rojo que impactó al dracónido. Ante nuestro asombro vimos como poco a poco se estaba convirtiendo en piedra. Él intentaba evitarlo luchando contra él mismo.

La puerta de frente del tiflin se había abierto, mientras la maga hacía todo lo posible para deshacer el hechizo de petrificación que estaba consumiendo al dracónido.

Entramos en la sala y vimos una estantería con libros y un baúl. Galdor fue directo a echar un vistazo a los libros, todos eran de historia pero uno de ellos le llamó la atención, había algo de magia en él aunque no tenía lomo. Sin decir nada vi como se lo guardaba. Me acerqué al cofre junto al tiflin e intenté abrirlo, aunque había abierto más de una vez candados con éste no pude. El enano sin paciencia me retió de él y dándole un par de martillazos rompió el candado. A su vez entraron también la maga y el dracónido que por fin se había deshecho de la piedra de su alredor. Demtro del cofre había una capa y un par de botas, al verlo perdí el interés aunque me vino a la imagen los rubiés de las gargolas. Con sigilio volví a la sala anterior y empecé a rascar hasta que conseguí llevarme uno. Me lo guardé enseguida y salí de la sala por detrás del resto.

Nos quedaban cinco puertas más, fuimos abriendo una tras otra saltando las trampas que había en cada uno de los pasillos, puas que salían del suelo, valdosas que se caían, pero al final llegamos a la sala que desde que entré en ella supe que era la que buscábamos desde el principio.


1 comentario:

Freiji dijo...

Pero lso draconidos no son malos?? y que es un Tiflin??
Me ha molado mil1! hace maaaaaazo que no jeugo al rol, y tengo mil de ganas, hasta tengo historias preparadas para jugar... pero no tenjgo jugadores... ni juego :(

besotes desde alemania!