Aquel día salió el sol de primavera, una mariquita jugueteaba entre las zarzas de un moral cerca del arce cuando se cayó clavándose una espina. Rodó y se froto con las piedras para quitársela del caparazón, con ayuda de otras mariquitas, pero cuando por fin la espina salió de ella en lugar del quinto de sus siete puntos había un agujero, el resto de mariquitas, salieron volando escandalizadas creando una gran polvareda. El arce observando todo aprovechó la oportunidad.
Una semana más tarde la mariquita se encontraba un poco rara, algo le pesaba en el caparazón. Llegó a un charco, se miró detenidamente y comprobó con gran sorpresa que arriba de ella había una ramita pequeña donde asomaban dos pequeñas hojas, pero en lugar de enfadarse se alegró de ser diferente, era la única mariquita que tenía seis puntos y un ser vivo como chepa, aunque no dejaba de preguntarse una y otra vez como pudo ser que naciera dentro de ella.
1 comentario:
hola mi amor:
que bonito cuento es tan guapo como tú. Me gusta y siento orgulloso de tener una chica que le gusta el bosque y eso.
Te quiero
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